lunes, 14 de junio de 2010

La necesidad de generar emociones ambientales.


La "S" de Sensibilidad y de Sostenibilidad...

Después de cuarenta años trabajando como comunicador, y diez dedicado al Medio Ambiente haciendo campañas de concienciación y sensibilización ambiental, desarrollando estrategias de educación dentro del marco de las Agendas21Locales y Escolares, me doy cuenta que no hemos sabido comunicar. Nos hemos limitado a INFORMAR pero no hemos sabido transmitir EMOCIONES y ahora a estas alturas del partido nos damos cuenta que la parte de la sociedad realmente concienciada y motivada por una conducta ambientalmente correcta es mínima.

Si cogemos aquellos niños del año 1997 cuando se iniciaban las Agendas 21 Escolares y que tenían 12 años y les informábamos enseñándoles como reciclar y como respetar el entorno no gastando agua y cerrando el grifo cuando nos lavábamos los dientes o no tirando el aceite al fregadero, y hoy después de 13 años, o sea que ahora tienen 25, descubriremos que más de un 60 por ciento se han quedado por el camino y no siguen lo que les enseñamos. Os preguntareis ¿porqué?, muy fácil, pues porqué no lo hicimos generando las EMOCIONES AMBIENTALES necesarias para que entendieran que el PLANETA ERAN ELLOS.
Porque les hemos explicado pero no les hemos hecho participes. Porque lo hemos explicado a medias y les intentábamos sensibilizar con la boca pequeña, y mientras, las Grandes Marcas trabajaban con investigadores sociales, psicólogos que descubrían sensaciones y generaban emociones y expectativas haciendo del producto de consumo un rico manjar y gran objetivo a conseguir, “...esto sí que es bonito y no esa mierda de salvar el Planeta”.
Pues bien, hoy la necesidad aprieta y no estamos para tonterías y banalidades, o nos mojamos todos o esto ya casi se ha hundido.
Debemos ser realistas y enfocar nuestras actitudes, hábitos y costumbres hacia un modelo más racional de consumo menos escandaloso y mucho más sostenible. Hoy debemos entrar en un nuevo paradigma y debemos hacerlo a partir de las conductas éticas pero generando la emoción desde la ECOLOGÍA pero no simplemente desde la óptica de la naturaleza y del medio ambiente si no considerando la ECOLOGÍA como la ciencia que estudia a los seres vivos, su ambiente, la distribución y abundancia, y cómo esas propiedades son afectadas por la interacción entre los organismos y su entorno y ambiente, o sea que la relación entre trabajadores y empresa forma parte de la Ecología Empresarial.
Comuniquemos y estudiemos como hacernos vibrar ante la posibilidad que vamos a ser los protagonistas de la NUEVA AVENTURA de cambiar nuestro sistema económico, social y ambiental...pero emocionémonos haciéndolo, que entonces será cuando realmente nos lo creamos.

He recibido a través del portal de I XING esta joya de reflexión de autoria de Joaquim Braulio Mayals. Estoy plenamente de acuerdo contigo. Llevo años intentando trabajar el aspecto emocional en mis textos. Pero, de verdad, la gran mayoría de los editores de revistas del sector medioambiental no estaban muy interesados en dar el "toque emocional". Eduardo Punset ha colaborado muchísimo en este camino...

domingo, 13 de junio de 2010

La última oportunidad para la arquitectura sostenible.


Foto de Luís de Garrido, arquitecto valenciano.

- “Luis, no están orientadas estas placas fotovoltaicas al noroeste?”.

Todavía recuerdo estas palabras de uno de mis alumnos del Master M.A.S. (Master en Arquitectura Sostenible) cuando hace unos cuatro meses visitábamos unos edificios en la que algunos pretendieron llamar “Eco-ciudad-de-Vallecas” en Madrid (y que por supuesto, a excepción de un edificio, no tiene nada, ni de “eco”, ni de "ciudad").

Lo que mi alumno observó resume de una forma cruda y directa lo que en realidad se ha hecho, cuando se ha dicho que se hacía arquitectura sostenible: edificios caros, ineficaces, que nada tienen de sostenibles, y que se han vendido como tales. Y lo que es peor, para vergüenza de quienes los han diseñado y han subvencionado, los edificios están en pié, y todos podemos verlos.

En los últimos años han coexistido la sensibilización social ecológica, con la voracidad de hacer dinero fácil alrededor de la construcción. Por ello, y con el fin de no obstaculizar el proceso, en lugar de hacer el esfuerzo de adoptar medidas sostenibles para mejorar la arquitectura, lo que se ha hecho ha sido un ejercicio descarado y cutre de marketing falso. Nada podía obstaculizar el negocio fácil del ladrillo.

El proceso se ha extendido como una mancha de aceite. Al principio de la ola ecológica ningún promotor hacía nada, pero con el tiempo, los promotores se han dado cuenta de que otros bautizaban como “sostenibles” algunos edificios que no tenían nada de ello, por lo que se envalentonaban, y hacían lo mismo. En este sentido, cualquier edificio que tenga unas placas solares ya se ha denominado “sostenible”. Como resultado, la construcción, no ha mejorado en absoluto, desde un punto de vista sostenible (y desde algunos otros más). Y por extensión, aquellos edificios que tenían algo más, eran considerados como “modélicos”, aun cuando apenas estaban diseñados con un poco de sentido común.

La normativa supuestamente “sostenible” en los años del “pelotazo inmobiliario” ha seguido los mismos pasos. El Código Técnico de la Construcción (CTE), que tan solo tenía entre sus objetivos la disminución del consumo energético (y que no lo ha conseguido en absoluto), se infectó del proceso, y los políticos empezaron a envalentonarse, y a decir que era una “normativa sostenible”, aun cuando nada tenía de sostenible, ni se pretendía. He de decir que el CTE solo se refiere a 2 de los 38 indicadores sostenibles identificados para poder lograr una verdadera arquitectura sostenible. Por lo que, aunque se cumpliera a rajatabla (que no se hace) el resultado nada tendría de sostenible.

Cuanto mas se bajaba en el escalafón técnico de la administración y en la competencia profesional, mas se tildaba al CTE como “sostenible” (con el descaro que otorga la ignorancia). Como resultado, al referirse a la construcción sostenible, todos los medios de comunicación nombran el CTE.

Por otro lado, el CTE, además de malo, llegó tarde. Ya que prácticamente no se han construido edificios proyectados siguiendo sus directrices. Casi la totalidad de lo construido en los últimos años se proyectó hace muchos años. Con lo que, como me gusta decir, el CTE es como un peine que se ofrece a un calvo. Justamente cuando se aprueba el CTE, explota la burbuja inmobiliaria, y se detiene el sector de la construcción (simplemente se está finalizando lo que se empezó hace muchos años).

Como resultado, en España existen un sinfín de causas de corrupción administrativa y política en los tribunales, y más de un millón de viviendas que nadie quiere, ni puede, comprar. Al mismo tiempo, más o menos la misma cantidad de jóvenes, no pueden acceder a una vivienda, porque ni la administración, ni los promotores han deseado hacer otro tipo de vivienda mas económica y digna (pero menos rentable).

Es decir, hace unos años se hablaba de construcción sostenible, y no se hacía. Y hoy en día no se habla de construcción sostenible, porque no se construye. Como consecuencia, nada se ha hecho, y nada se hace.

Por ello, hoy en día tenemos una oportunidad perfecta para adoptar un modelo verdaderamente sostenible en la construcción.

La primera etapa de este modelo ya ha empezado: no se edifica, con lo cual no se sigue destrozando el medio ambiente. Las etapas posteriores están en nuestras manos.

Y, por supuesto, estas etapas deberían de contemplar, al menos, los siguientes puntos:

1. Proponer nuevas estrategias constructivas mas adecuadas para la sociedad
a. Facilidad y rapidez de construcción
b. Alto nivel de industrialización
c. Alto nivel de prefabricación

2. Proponer nuevas tipologías arquitectónicas mas adecuadas para la sociedad
a. Alto nivel de reconfiguración y flexibilidad de distribución espacial
b. Evitar decisiones gratuitas en el diseño arquitectónico
c. Utilización de tipologías locales evolucionadas

3. Optimizar al máximo la utilización de recursos (naturales o fabricados)
a. Aprovechamiento de la radiación solar (óptimo diseño bioclimático)
b. Aprovechamiento del agua de lluvia
c. Reciclaje de aguas grises
d. Utilización de materiales recuperados y reutilizados
e. Utilización de materiales locales y sencillos

4. Disminuir al máximo el consumo energético
a. Utilización de materiales con bajo requerimiento energético
b. Promocionar la autosuficiencia energética
c. Promocionar un alto nivel bioclimático
d. Eliminar o disminuir la necesidad de sistemas de aire acondicionado
e. Promocionar sistemas de calefacción de alta eficiencia energética
f. Promocionar sistemas de iluminación por leds

5. Potenciar al máximo la integración arquitectónica de energías renovables
a. Energía geotérmica
b. Energía solar (captores térmicos)

6. Disminuir al máximo las emisiones y los residuos en la construcción
a. Nuevas estrategias compositivas con aprovechamiento total
b. Proyecto que permita el máximo nivel de recuperación y reutilización
c. Disminución máxima de artefactos en los edificios
d. Correcta utilización de materiales no emisívos
e. Alta capacidad de recuperación y reutilización de los componentes

7. Mejorar el bienestar y salud de los ocupantes
a. Diseño singular y personalizado
b. Utilización de materiales saludables
c. Nuevas estrategias de ventilación natural

8. Disminuir el precio de construcción, y los costes de mantenimiento


Ahora no hay pelotazos. Ahora nadie quiere, ni puede, comprar. Ahora no hay necesidad de engañar y manipular. Ahora la administración no tiene que justificarse con un código malo. Ahora no hay prisas….. Ahora no hay excusas.

Es sabido que en idioma chino la palabra “crisis” significa “oportunidad”.


Por lo tanto, la arquitectura sostenible, por fin, tiene una oportunidad. Y esta oportunidad no la podemos volver a desperdiciar. Quizás sea demasiado tarde.

Quizás sea nuestro último deseo.


Por Luis de Garrido
Doctor Arquitecto, Doctor Informático, Master en Urbanismo
Profesor invitado en el Massachussets Institute of Technology (MIT). USA
Presidente de la Asociación Nacional para la Arquitectura Sostenible (ANAS)
Director del Master en Arquitectura Sostenible (M.A.S)

Publicidade, Sostenibilidad y Mentiras.


Desde que algunas empresas se dieron cuenta de que la sociedad empezaba a tener cierta conciencia ecológica, en lugar de empezar a emprender estrategias sostenibles en su actividad, comenzaron a mentir.

El objetivo de este comportamiento global de muchas empresas es intentar posicionarse -con la mayor rapidez posible- en un futuro mercado más sostenible, evitando la inversión, el esfuerzo y el tiempo que supone establecer políticas y pautas de acción sostenibles. ¡Es mucho más rentable y rápido convencer a la gente de que se está haciendo algo, que hacerlo! Total, el ciudadano es ignorante, y se deja engañar con facilidad!.

Los ejemplos son muy numerosos: Iberdrola intentando convencer sobre el origen “limpio” de la energía que vende (lo cual es falso). Quesos El Ventero intentando convencer que emite un 0% de emisiones de CO2 (lo cual es falso), Renault intentando convencer que sus automóviles son “ecológicos” (lo cual es falso), etc….. Desgraciadamente son muchas las empresas que han optado por el engaño y la manipulación.

En arquitectura los ejemplos son mas numerosos todavía, y mas descarados. Quizás porque los promotores están acostumbrados a mentir desde siempre (“primeras calidades”, “lugar céntrico”, “piso soleado”, “salón espacioso”, “vivienda de lujo”,….), y el comprador siempre se ha dejado engañar. Ahora se dice que los edificios son ecológicos, eficientes y respetuosos con el medio ambiente…….., y el consumidor sigue dejándose engañar. En general, cuanto menos sabe el consumidor de algo, antes se cree cualquier cosa.

Son numerosos los ejemplos de promociones que han mentido descaradamente acerca de sus supuestas características ecológicas, bioclimáticas y sostenibles: Sarriguren (Pamplona), Vallecas (Madrid), Park-Bit (Mallorca), Valdespartera (Zaragoza), Bernuy (Segovia) (bueno aquí no han hecho nada de nada, solo publicidad), Sociópolis (Valencia) (tampoco aquí han hecho nada, y ahora desean que se lo hagan desde Madrid o Barcelona),…. prácticamente todas las ciudades tienen una falsedad similar, y su único objetivo es salir en la foto, marcarse un farol político, e intentar ganar dinero, faltando a la verdad, y manipulando al ciudadano.

Personalmente me he quedado afónico de decir que todas estas promociones, sin excepción alguna, no tenían absolutamente nada de sostenibles, y que simplemente se pretendía manipular a los medios de comunicación, con el fin de obtener un beneficio económico y político. Sin embargo, el mercadeo falso triunfó una y otra vez. Solo ha sido con el paso de tiempo, cuando todos los medios de comunicación, y la sociedad en general, se han dado cuenta de que todas estas promociones no tenían absolutamente nada de sostenible. Es cierto, el tiempo pone todas las cosas en su sitio. Y la actual crisis económica ha acelerado este proceso.

Con la ayuda de Internet la situación se ha agravado todavía más. Fíjense ustedes que, según una reciente encuesta, el 70% de los usuarios de Internet no saben distinguir (ni tienen medios para hacerlo) si una noticia es verdadera o falsa.

Sin duda, la era de la información esta creando una tremenda desinformación. Por ello, para triunfar en la sociedad del futuro lo que se necesita, ante todo, es meta-información. Es decir, información sobre la información. O lo que es lo mismo, criterios para decidir el valor real de la información que tenemos en cada momento.

Volviendo a nuestro tema, ….. Para evitar los desastrosos efectos de la publicidad engañosa y manipuladora lo que hay que hacer es informar al ciudadano. Nada más.

Si en cinco minutos se explica a cualquier ciudadano lo que es un edificio sostenible (no se necesita más tiempo), él mismo tendrá los criterios para deducir que Valdespartera, Sarriguren o Sociópolis … no tienen nada de sostenibles. Pero claro, hay que proporcionar esa información al ciudadano, y para ello se necesita tiempo, esfuerzo y dinero. Y lo que es peor, a nadie le interesa que el ciudadano esté bien informado, ya que ello obstaculizaría cualquier negocio, manipulación, o engaño.

Como resultado, y para posicionarse en el mercado del futuro ecológico, las empresas petroquímicas quieren potenciar la utilización de la alternativa más factible: el polietileno biodegradable. Este material es más ecológico, y es más caro, y por tanto es un negocio mayor. Por ello, valiéndose de la reciente sensibilidad ecológica del ciudadano, justificarán el sobre-coste argumentando que las nuevas bolsas son más ecológicas.


Publicidad engañosa y manipuladora

Siempre he admirado la creatividad que se manifiesta en muchas campañas publicitarias, y sobre todo, en los anuncios publicitarios de televisión. En algunas ocasiones uno queda sorprendido, y gratificado, por el alarde de ingenio empleado.

Este ingenio busca gratificar al consumidor durante unos segundos, hacerle sentir bien, y de paso convencerle de que necesita el producto publicitado para seguir sintiéndose feliz, … al menos mientras lo consuma. Sin duda el ciudadano es consciente todo el tiempo de que lo están manipulando, y que la mayor parte de las cualidades del producto que le muestran son mentira. Sin embargo, durante unos segundos, el consumidor se deja seducir, y seguramente no sea consciente de que al hacerlo de forma repetitiva, poco a poco se le genera una necesidad que de otra forma no tendría. Seguramente el ciudadano necesite zumos, leche, detergente, desodorante, … pero con seguridad que no necesita galletas con el logo de Hannah Montana, pan de molde sin corteza, o unas zapatillas deportivas que cuestan 200 euros….. Por ello, la publicidad tiene que convencerlo, en pocos segundos, de que será un “pringao” si no compra lo que le están vendiendo.

Por Luís de Garrido.

Testamento: A mis queridos hijos.



A mis queridos hijos,

A mi hijo Juan, con todo mi amor, le dejo un aumento medio de la temperatura de España de entre 3 y 4ºC, unas primaveras y otoños más cortos y en verano frecuentes olas de calor.

También le dejo unas sequías más frecuentes, poca nieve, mis fotos de glaciares desaparecidos y unas altas probabilidades de que se produzcan fuertes tempestades e inundaciones en otoño.

A mi hija Maria, la niña de mis ojos, las tierras bajas cubiertas por el mar en Doñana y el Delta del Ebro y la casa en la playa si no ha subido demasiado el nivel del mar.

Además, le cedo los arrecifes de coral amenazados debido al aumento del nivel del mar y al incremento de la temperatura del agua marina.

A mi hijo Pablo, todo mi legado agrícola, es decir, una alarmante disminución del rendimiento de las cosechas en el sur de Europa debido a las altas temperaturas y las sequias. Así, disfrutará de procesos más acelerados de desertificación, erosión y deforestación.

A Sara, la pequeña, la extensión de enfermedades como la malaria y el dengue como consecuencia de la proliferación de mosquitos por la ausencia de heladas que los limiten.

Y para que compartan todos como buenos hermanos, también les dejo una masiva desaparición de espécies. Entre un 9 y un 52% de las especies del planeta no podrá adaptarse a las subidas de temperatura y se extinguirán.

Con todo el cariño de vuestro papá.



Fuente: WWF/Adena - Ayúdanos a impulsar energías renovables, reducir el consumo y la contaminación, ahorrar energía, frenar la deforestación.
Aun estás a tiempo de cambiar la herencia que dejas a tus hijos.